La Corte de Apelaciones de Santiago ha vuelto a emitir un fallo adverso contra el CNED, esta vez por no tramitar adecuadamente la apelación presentada por la Universidad Diego Portales en relación con el proceso de acreditación institucional. Se trata de un hecho lamentable, pero no aislado. Como asociación de funcionarios, observamos con profunda preocupación que este tipo de situaciones se ha vuelto reiterativo en el funcionamiento jurídico del Consejo.
No es la primera vez que un tribunal le corrige al CNED. Tampoco es la primera vez que advertimos que detrás de estas decisiones fallidas existe un patrón: una actitud jurídica obstinada, desconectada de la realidad del sistema, y que ha convertido al CNED en un actor predeciblemente derrotado ante la justicia.
Una arrogancia que crea problemas, no soluciones
Quienes ejercen funciones jurídicas al interior del CNED no pueden seguir actuando como si las decisiones legales se tomaran en un vacío técnico sin consecuencias políticas, institucionales o humanas.
Confundir tozudez jurídica con rigor es un error. La extraña convicción de tener la única interpretación válida de la ley no solo es reduccionista, sino también potencialmente disruptiva para el diálogo y la sana convivencia institucional
Lejos de ser una figura que resuelva conflictos o anticipe riesgos, el responsable de las decisiones jurídicas del CNED se ha transformado, una y otra vez, en un generador de problemas.
Lo que debiera ser un servicio público moderno, con criterios claros y abiertos a la deliberación técnica, ha sido secuestrado por una postura cerrada y soberbia, que insiste en posturas derrotadas una y otra vez por los tribunales de justicia. Esta arrogancia jurídica no corrige errores, los encubre. No orienta, confronta. No resuelve, crea conflictos. Y en cada nuevo caso —como el reciente fallo por la UDP o la controversia con la Universidad Autónoma— vuelve a arrastrar al CNED hacia la derrota legal y el desprestigio público.
Peor aún: esta actitud no es casual ni aislada.
El estilo autoritario ha afectado procesos internos, ha afectado gravemente relaciones gremiales, tiene al CNED con recursos en Contraloria, la ANEF ha necesitado explicar a la institución cómo funcionan los gremios y ha denunciado persecución y prácticas antisindicales. Todas esas decisiones estratégicas, se han convertido en una fuente de inestabilidad jurídica constante para el Consejo.
Por una conducción institucional con responsabilidad
Como AFUCNED, creemos firmemente que este ciclo de errores no puede seguir siendo normalizado. El país necesita un CNED fuerte, confiable y respetado. No podemos seguir aceptando que las decisiones más sensibles del servicio se tomen desde la falta de escucha y la desconsideración de las consecuencias.
Llamamos a quienes tienen responsabilidades directivas a revisar a fondo esta forma de gestión, a rendir cuentas y a tomar decisiones valientes que devuelvan al CNED su legitimidad técnica, jurídica y pública.
AFUCNED – Asociación de Funcionarios del Consejo Nacional de Educación